El digital signage (también conocido como señalización digital dinámica o señalización digital multimedia) es un formato publicitario que se basa en la emisión de contenidos digitales a través de dispositivos como pantallas, proyectores, paneles táctiles o tótems. Generalmente, estos dispositivos se ubican en el punto de venta o en lugares públicos, y permiten a la empresa crear, gestionar, distribuir y publicar sus propios contenidos, combinando ventajas de la publicidad digital y de la publicidad exterior más convencional.
En función de la ubicación, podemos distinguir dos grandes tipos de señalización digital: outdoor e indoor.
1# Señalización digital outdoor
Los proyectos de digital signage outdoor suelen localizarse en lugares públicos con gran afluencia de paso: un ejemplo emblemático es la plaza de Callao en Madrid, donde la publicidad digital ocupa la fachada de un edificio. Otras ubicaciones populares son las estaciones de autobús, las gasolineras, los puntos de acceso a las ciudades o incluso el metro.
Lanzar una campaña de digital signage outdoor suele requerir una inversión bastante elevada, pero a cambio se obtiene una gran visibilidad y espectacularidad.
2# Señalización digital indoor
El digital signage indoor cuenta con más recorrido que el outdoor, ya que las primeras señaléticas digitales se instalaron en el interior de puntos de venta. Aquí se prima la cercanía y el contacto “tú a tú” con el consumidor, mediante pantallas más pequeñas con opciones interactivas.
La inversión requerida para una campaña de este tipo es menor que con la publicidad digital exterior, así que está al alcance de empresas más modestas. Según algunos expertos, esta opción tiene más posibilidades de influir en la compra, ya que el consumidor se encuentra en el punto de venta y por tanto en una situación propicia para la conversión.
Las ventajas del Digital Signage
- Aumenta el recuerdo de marca. El 80% de las personas que reciben un impacto desde una pantalla digital exterior recuerdan el mensaje, así que se trata de un formato de lo más efectivo si lo que buscas es que se queden contigo.
- Es novedoso y atrevido. La cartelería digital es un formato espectacular y que todavía se percibe como algo nuevo, aunque lleve años entre nosotros. Por eso, es una herramienta fantástica para las marcas que buscan destacar de la competencia por ser punteras, estar a la última y atreverse con todo.
- Aprovecha las sinergias en el punto de venta. Como bien sabemos los marketers, no todas las decisiones de compra son racionales y muchas de ellas se hacen en el último momento. Por eso, influir al consumidor en el punto de venta puede ser clave para hacer que escoja nuestra marca. Y gracias a la publicidad digital dinámica en el punto de venta, podemos alcanzarle justo en el momento crítico de la decisión.
- Capta la atención. Comparado con la publicidad exterior convencional, el digital signage tiene la virtud de entrar por los ojos, sorprender al usuario y hacer que se quede con nosotros. Tanto es así, que las personas dedican hasta un 60 % más de tiempo a mirar una pantalla digital que un soporte convencional.
- Mejora la experiencia de usuario en el punto de venta. ¿Qué mejor manera de amenizar una cola que interactuando con un contenido interactivo? El digital signage puede crear experiencias únicas y hacer que el usuario asocie recuerdos positivos con la marca y el establecimiento.
- Es interactivo. Una de las ventajas clave de la cartelería digital frente a la convencional es que permite que el usuario establezca un diálogo con ella. Esto no solo incrementa el engagement y el recuerdo, sino que nos puede aportar información muy valiosa sobre cómo se relacionan los usuarios con la marca.
- Permite la integración con redes sociales y dispositivos móviles. El digital signage, la geolocalización y los móviles están hechos los unos para los otros. Si animas a los usuarios a interactuar con tus carteles digitales a través de sus móviles y a publicar el resultado en las redes sociales, estarás aprovechando una fuente de viralización espectacular.
- Los contenidos se pueden modificar en tiempo real y adaptarse a diferentes públicos y situaciones. La publicidad exterior tradicional no deja mucho margen de maniobra, ya que generalmente se contratan X espacios durante un tiempo determinado y el mensaje no puede modificarse. En cambio, con el digital signage, el anunciante tiene el poder para modificar los contenidos en tiempo real. Por ejemplo, puedes mostrar pantallas con información constantemente actualizada, o contenidos que cambien según la hora del día. Y por supuesto, esta opción te permite reaccionar rápidamente y adaptar tu mensaje para optimizar los contenidos en función de los resultados.